Sutra Vajracchedika o Sutra del Diamante
(Última Estrofa sobre cómo debemos ver lo Condicionado)
“Como las estrellas; como una falta en la visión;
como una lámpara,
Un simulacro, gotas de rocío, o una burbuja,
Un sueño, un relámpago, o una nube,
Así uno debería ver lo que es condicionado.”
Versos sobre la Estrofa:
(Abhayasara)
Como las estrellas,
que esta noche lucen titilantes en el cielo.
Envueltas de su magia y su infinito misterio.
Al amanecer ya no estarán
en su lugar hallarás la estrella de la mañana.
Deslumbrante el sol asoma
jugando a esconder a las demás.
No se trata de adiestrar a tu mirada,
no podrás divisarlas. No podrás.
Aguardas tu siguiente cita con ellas.
Es la noche perfecta. Despejada.
Ah, pero al verlas brillar una vez más,
notarás que están desfiguradas.
No es el mismo escenario ya
aunque en apariencia luzca igual.
Así habrás de ver la existencia condicionada: ¡cambiar!
Como el surgir y el morir de las estrellas,
así como tantas otras cosas bellas
que ansías conquistar
por pensar que son eternas.
Como un defecto en la visión
Cuyos lentes se enturbian siempre que no prestamos
atención.
Hay en los ojos un velo, salpicaduras de impurezas.
Desdibujan lo que vemos,
en una realidad fantasiosa.
Soslayada. Sin ninguna sutileza.
Burda, sesgada, y, al fin y al cabo, distorsionada.
Así habrás de ver la existencia condicionada.
Como un sueño, que ni sueño es.
Cuando, incluso, lo feo no es bello, pero tú así lo ves.
Como una lámpara,
Sabiendo que luego de arder se apaga.
Y así vamos por la existencia condicionada,
viendo lo fugaz de aquella llama
pero pensando que, quizás,
si lograras contenerla, no se acaba.
Un simulacro, una charada.
O un montaje continuado de una vida pasada.
O una realidad que por más que te esfuerzas, no encaja.
Como esa creación del ego,
que ve el no-yo como mi yo certero.
Un vago sentido de un yo al cual me apego.
Una falacia, una distorsión que habrás de soltar luego.
También veo la insatisfacción
como quien ve la dicha esperada,
a través del cristal de la promesa
que al fin y al cabo quedará frustrada.
Así ha de verse la existencia condicionada,
como la trampa placentera de una muerte asegurada.
Una ilusión de un yo, queriéndose aferrar a la nada.
Las gotas de rocío, una burbuja.
Un sueño, un relámpago, o una nube
Similares en su presurosa andanza
Idéntico rumbo y un mismo destino.
Es la inmediatez lo que asombra los sentidos,
turbando el ánimo de aquél
que con atención y constancia ha comprendido
lo poco que aún les resta del camino.
Entonces la nube, ese relámpago, ese sueño,
una burbuja, y unas gotas de rocío,
efímeras son ellas,
al igual que cada cosa que ha nacido.
Así deberíamos ver lo condicionado.
Una Reflexión Final
(Sobre ir soltando las distorsiones mentales hacia la Trascendentalidad)
Y si viajamos por este mapa trazado
desde las distorsiones mentales
hasta sus opuestos reorientados,
presiento que, si hay belleza en lo condicionado,
infinitamente más hermoso ha de ser lo ilimitado.
Allí, donde los dignatarios de lo incondicional
mutan cualquier apego terrenal
en navegadores sin freno hacia la muerte espiritual.
El renacer se vestirá de fiesta luego
pletórico del regocijo supremo:
el del placer de la Libertad.